Espiricom: herejía y éxtasis
- Carlos Marcote Blanco
- 22/11/2022
Gracias a la recomendación de un buen amigo, Espiricom llegaron a mi vida hace menos de un año, apenas unos meses. Irrumpieron como un vendaval: su combinación de electrónica, psicodelia y experimentación me fascinó desde el primer momento. Más allá de su música, de indudable calidad, su universo simbólico -un pastiche de referencias ufológicas, esotéricas y orientalistas- no hizo sino reforzar mi interés por estos murcianos. Trapezoide, su álbum de debut, cuya preciosa portada rinde homenaje a Zeit de Tangerine Dream -uno de los discos más misteriosos y evocadores de los 70-, ya mostraba una banda totalmente consolidada, algo que no extraña si se echa un vistazo a la trayectoria de sus dos miembros (Schwarz, Perro, Artificiero). Nuevo Orden Mágico (Batir Records) es el recién publicado nuevo disco del dúo. En él, Espiricom refuerzan, con la ayuda de la producción del gran Óscar Mulero, todo aquello que ya mostraban en su debut y que les coloca a medio camino de casi todo: demasiado electrónicos para algunos; demasiado eléctricos para otros; desconcertantes para muchos. La maldición de la heterodoxia. A veces, sin embargo, solo el hereje alcanza el éxtasis.
Hablamos con Alfonso Alfonso, responsable de guitarras, voces y gran parte de las derivas electrónicas, de todos estos temas y algunos más.
Galgo: Sé que la mayoría de las veces es difícil encontrar una personalidad propia como grupo -muchos no lo consiguen nunca, de hecho-. Vosotros, sin embargo, ya en Trapezoide encontrasteis esa personalidad, como si fuerais un ente ya plenamente engrasado. ¿Me podéis explicar cuál es vuestro background más allá de Espiricom? ¿Cómo definiríais, en vuestras palabras, vuestro sonido? ¿Llegasteis a él de manera orgánica o fue algo totalmente premeditado?
Alfonso Alfonso: Espiricom surgió como un grupo plenamente formado porque tenía un antecedente que era Schwarz, una banda en la que estuve durante los 20 años de su existencia (de hecho se originó como un proyecto unipersonal) y de la que Fran también fue miembro en la última etapa. Así que a la hora de iniciar Espiricom ya llevábamos tiempo tocando juntos y nos conocíamos bien. Además, en origen Trapezoide iba a ser la continuación de Nación subterránea, el que a la postre fue el último disco de Schwarz, de modo que el sonido estaba definido desde la banda madre. Eso no quiere decir que ambos proyectos sean la misma cosa, por supuesto, y una diferencia fundamental fue el paso de trío a dúo, con las peculiaridades conceptuales y tecnológicas que eso conlleva.
¿Cómo definiríamos nuestro sonido? Con bastante coña estamos utilizando la etiqueta electrostoner. Contiene algo de verdad (riffs fuertemente anclados en la cultura rock junto a electrónica más o menos technocrática, con no pocos apuntes de tribalismo y psicodelia) pero en el fondo busca desconcertar a los puristas/puretas de uno y otro estilo y poner de manifiesto su falta de apertura mental y lo absurdo y ridículo de compartimentar la música.
Por lo que os leo, ya sea en entrevistas o en redes sociales, lo heterodoxo forma parte de vuestra esencia como músicos, como si tuvierais la imperiosa necesidad de situaros en tierra de nadie, con los riesgos que ello supone. ¿Por qué?
Porque fuera de la ortodoxia está la libertad. En los estilos fuertemente codificados hay un nicho de público asegurado, mayor o menor dependiendo del tipo de música. Eso está muy bien para quien quiere ir sobre seguro, pero a mí no me interesa ir sobre seguro. Ahora bien, no tenemos vocación de outsiders ni de malditos. Si lo que hacemos es herético es porque así se percibe desde lo canónico. Estar en tierra de nadie es una consecuencia de la heterodoxia, no un punto de partida.
Hablemos de Trapezoide, vuestro debut. La asimetría de la figura que le da nombre se traslada al contenido del disco, dando forma (o no forma) a un álbum que alterna momentos de iluminación casi mística con otros en los que se sumerge en oscuras simas. ¿Qué simboliza ese Trapezoide?
El trapezoide, como figura asimétrica, simboliza precisamente la heterodoxia y el Caos, o sea, la libertad. Estamos programados psicológicamente para buscar la simetría, reconocer patrones, seguir la línea de puntos para buscar un sentido allí donde muchas veces no lo hay. Ese es el orden natural. Abrazar la asimetría, rechazando ese condicionamiento psicológico, es situarse fuera del orden natural, lo que requiere un ejercicio de voluntad. Nadar a favor de corriente no requiere ningún esfuerzo ni físico ni mental. Hacerlo a contracorriente es gimnasia para el yo. Pero bueno, todo esto es uno de los fundamentos de lo que se conoce como sendero de la mano izquierda.
La portada rinde homenaje, si no me equivoco, a Tangerine Dream y su mítico Zeit.
Así es. Zeit es el primer vinilo que compré en mi vida cuando tenía quince años, y es un disco de gran significado para mí que he escuchado mil veces. Me pareció apropiado, como acto simbólico, iniciar un nuevo proyecto homenajeándolo, como una especie de recordatorio de por qué hago lo que hago y cuáles son los fundamentos que me han traído hasta aquí. Al mismo tiempo no quería que la cosa quedara en un mero homenaje, sino que tenía que ser relevante para Espiricom aquí y ahora. De lo contrario el acto simbólico no tiene ningún valor. De ahí la adaptación de la portada para adecuarla a nuestro propósito.
La letra de la segunda canción de Trapezoide, ‘Rubaiyat’, es un poema de Omar Jayam, lo que me lleva a dar cuenta del carácter oriental de vuestra música ¿De dónde viene esa querencia vuestra por Oriente (tanto en lo cultural como en lo musical)? ¿Quién es Jayam y por qué consideráis que su obra merece reconocimiento hoy?
Desde un punto de vista formal imagino que los orientalismos vienen del amor por la psicodelia, que es un elemento que siempre ha estado muy presente en la misma y que nosotros incorporamos con regocijo y sin pudor. Al mismo tiempo, la influencia árabe es innegable en nuestra ciudad, Murcia, que fue precisamente fundada por los árabes en el siglo IX. No tenemos intención de adherirnos conscientemente a este legado cultural, pero el inconsciente ya es otra cosa.
Omar Jayam fue un poeta, matemático y astrónomo sufí del siglo XI cuya obra poética ha sido recopilada con el título ‘Rubaiyat’ (‘Cuartetos’ en persa). La obra, aunque trata diferentes temas, está muy marcada por la idea del “carpe diem”, con continuas alabanzas al vino, que no a la ebriedad, es una distinción importante para un sufí. Para alguien que asocie musulmán con integrista o salafista es una demostración de que el islam es bastante más diverso de lo que pensamos y de que no hay que comprar toda la propaganda sin preguntar. Por cierto, fue el gran Víctor Nubla quien me dio a conocer esta obra en una noche de vinos, cigarrillos aromáticos y jolgorio en su casa del Barrio de Gràcia. Nunca pude agradecérselo lo suficiente, lo haré cuando vuelva a verlo.

Lo tribal, la repetición, lo mántrico, son elementos muy presentes en vuestra música. Esto es algo que, en mi opinión, une la psicodelia a la electrónica de baile: la búsqueda del éxtasis a través de la repetición. Siendo esto tan evidente, ¿por qué hay tan pocas bandas que introduzcan elementos electrónicos partiendo de una base psicodélica con guitarras?
Creo que porque hay un concepto equivocado de lo que es la psicodelia. Para mí la psicodelia no es un estilo, sino una cualidad que se puede aplicar a cualquier estilo, como una especia que enriquece el guiso. Quienes entienden la psicodelia como un estilo sólo quieren escuchar pedales de fuzz y que los grupos suenen como sus héroes de los 60, y enseguida confunden cualquier atisbo de electrónica con bakalao, que por otra parte no tiene nada de despreciable. No puedo imaginar nada más conservador y retrógrado. Para ser justo también tengo que añadir, desde mi experiencia en la electrónica como Artificiero, que ese conservadurismo viaja en dos direcciones. Los talibanes de la electrónica no quieren ni oír hablar de guitarras, y te miran con recelo si tu bagaje está en el rock.
Acabáis de editar, al menos en su versión digital, el que es vuestro segundo disco, Nuevo Orden Mágico. ¿Qué diferencia a este álbum del anterior? ¿Cómo creéis que os habéis desarrollado como grupo en este tiempo? ¿Cuándo podremos disfrutarlo en versión física?
Empezando por el final: el disco ya está disponible en versión física. Ha tardado un huevo y no fue posible dar una fecha concreta por la situación con las fábricas que es conocida por todos, pero al fin ya lo tenemos. En cuanto a las diferencias entre Trapezide y Nuevo Orden Mágico: las que marca el devenir creativo. Quiero decir con esto que no hubo un planteamiento previo de hacer algo similar ni diferente al disco anterior, simplemente un dejarse arrastrar por el torrente creativo zambulléndose hasta el fondo. A partir de ahí las diferencias las marca el aquí y el ahora.
Produce Óscar Mulero, lo que, en cierta manera, redunda en esa heterodoxia que comentábamos antes. ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Cómo es Óscar como productor?
Conocimos a Óscar en un concierto que dimos Espiricom en Oviedo en enero de 2020. Vino a vernos porque era seguidor de Schwarz (esto me lo dijo luego) ya que él vive en Gijón desde hace años. Volví a coincidir con él unos meses después en Enso, un festival de electrónica que se celebra en Alicante donde ambos hacíamos directos (yo como Artificiero), y aquí fue donde me comentó que le apetecía hacer producciones fuera de la electrónica ortodoxa y comenzamos a hablar de colaborar. No nos costó mucho ponernos de acuerdo, la verdad. Fuera de una reunión que tuvimos en su estudio de Gijón para fijar un poco las pautas, todo el trabajo se hizo a distancia: nosotros grabamos en Murcia en nuestro modesto estudio/local de ensayo y le enviamos las pistas. Él hacía una primera mezcla con su visión y sobre eso íbamos ajustando. Tengo que decir que ha sido un enorme placer trabajar con Óscar tanto en lo personal como en lo profesional. Y también que, aunque su merecido reconocimiento viene principalmente de su faceta como dj, es un tipo con una cultura musical que va mucho más allá de la electrónica y un excelente productor.
Según tengo entendido, la portada de Nuevo orden mágico también esconde un homenaje, aunque esta vez no he sido capaz de identificarlo…
Es una apropiación/adaptación/homenaje a Umanamente uomo: il sogno de Lucio Battisti, un disco que me encanta y que me abrió nuevas perspectivas. Battisti era un artista que, bajo la apariencia de cantante melódico italiano y trabajando desde el mainstream, tenía una profundidad emotiva y una sofisticación melódica al nivel de los grandes. Como en el caso de Trapezoide, la idea no era quedarse únicamente en el homenaje, en cuyo caso el acto simbólico quedaría destruido, sino hacer de la reinterpretación de la portada un hecho relevante para Nuevo Orden Mágico. Por último, y como extensión de este simbolismo, Battisti es un músico mediterráneo, como también lo somos nosotros, y eso supone un contrapunto y una declaración de intenciones con respecto a la portada de Trapezoide que estaba basada en el disco de una banda berlinesa.
¿Cómo trasladáis, siendo como sois un dúo, toda vuestra amalgama de guitarras, sintetizadores, secuencias, percusiones, etc. al directo?
La tecnología es nuestra amiga.
Si en Trapezoide teníamos la presencia de Rubaiyat como “estrella invitada”, en el nuevo álbum encontramos referencias a Aleister Crowley.
“Nuevo Orden Mágico” no es una cita de Crowley, ese es un error que aparece en la información que la discográfica ha enviado. La frase que está extraída de Confesiones es “El rayo no puede dañar al rayo”, título de una de las canciones del disco, de ahí la confusión.
Crowley es un personaje fascinante, detestable, genial y ridículo a partes iguales. Al margen de lo que se piense de él, la religión que ideó y de la que fue profeta y sumo pontífice contiene elementos nada desdeñables de gran fuerza. Pero Nuevo Orden Mágico no tiene nada que ver con Crowley ni con Thelema. Hace referencia al advenimiento de un nuevo orden más sutil, menos material. El materialismo nos ha traído hasta aquí, pero el ser humano será espiritual o no será.
Vengo observando que, por alguna razón que no atino a entender -espero que tú me puedas alumbrar-, en el sureste ibérico vienen dándose una serie de manifestaciones artístico/culturales que entroncan con lo paranormal y lo mágico. A bote pronto se me ocurren las películas ‘Espíritu Sagrado’ o ‘El Agua’, el falso documental ‘Pirámides Murcianas’ (aunque sea desde la comedia) o vosotros mismos, que contáis con bastantes referencias a temas ufológicos y esotéricos en vuestra música e imaginería. ¿Qué está ocurriendo, si es que ocurre algo, por aquellos lares?
El Levante siempre ha sido una tierra muy dada a lo paranormal, más desde un punto de vista iluminado que folclórico. De hecho, según se dice, y quizá lo apoyen las estadísticas, no lo sé, es la zona de la península donde mayor número de sectas hay. Y no olvidemos tampoco la cultura del bakalao, un montón de derviches de extrarradio diseminados en antros por todo el territorio. ¿La razón? Quizá demasiado sol en la cabeza.