Tom Hazelmyer: el marine que dio forma al noise Rock
Siempre he creído que el Nnoise Rock -así, en general- es uno de los géneros que mejor ejemplifica lo urbano. La corrosión es su bandera. No tiene miedo de trocear y desmenuzar lo real con cantidades ingentes de distorsión y ceños fruncidos. El crujido incesante de sus guitarras es como el chirriar del metro al llegar. Una vez vi de lejos el levantamiento de lo que debía ser un cuerpo inerte en la estación de Principe Pío. Hacía frío. No pude evitar pensar en la portada que se perdían unos Unsane. Hoy, sin embargo, no voy a escribir de los de Nueva York, sino de un sello más que afín, Amphetamine Reptile (AmRep), que publicó uno de sus discos (Scattered, Smothered & Covered de 1995) y que ayudó a conformar un género en sus albores y a desarrollarlo más tarde: el Noise Rock.
Tom Hazelmyer (aka HAZE XXL) es su dueño, fundador y cabeza pensante. El sello, que surgió con el modesto fin de dar cobijo al material de su propia banda Halo of Flies (un más que respetable conjunto, por cierto), evolucionó y terminó por convertirse en el hogar de muchos de los grupos que dieron forma al estilo. Helmet, Melvins, The Jesus Lizard, Hammerhead, Tad, Tar, Unsane, Cows, Today is the Day… AmRep tiene un catálogo con el que se podrían forrar las paredes del Palacio de Liria.
Una excepción en la escena
Tom no era el primer músico -ni sería el último- que tomaba las riendas de un sello para autoeditarse y dar salida al material de más bandas cercanas, de hecho el HC/Punk está lleno de ejemplos. Lo que convierte a Hazelmyer en una rara avis es su condición de marine de los Estados Unidos. Era 1983 y llevaba residiendo en Minnesota desde hacía tres años cuando tomó la decisión de enrolarse, algo que él mismo describió como “lo más impopular que podías hacer si pertenecías la escena hardcore”. No pareció importarle demasiado. “Siempre he tenido problemas con músicos, actores, artistas y otras personas que utilizan plataformas públicas para pronunciarse políticamente. Personalmente, encuentro las opiniones de un fontanero, un camarero o un contable más válidas y racionales”, explica. Si se ve en perspectiva, este es un discurso bastante habitual dentro del espectro –llamémosle- reaccionario. Aquellos artistas y derivados cuyas ideas no se asemejan a las propias no son dignos de tener en cuenta en términos políticos. En una escena como la HC/punk es fácil (y razonable) herir susceptibilidades con este tipo de declaraciones. Tal vez por ello, Tom decidió no dar mucho pábulo a sus ideas políticas en público. “Tomé la decisión de no hacer declaraciones políticas en entrevistas mientras hablara como responsable del sello. Siempre me ha sorprendido la cantidad de gente que minusvalora los logros y la estética del sello y sus bandas porque no están de acuerdo en términos políticos conmigo. ¿Qué coño es eso? Es como si yo pensara que Gang of Four o Joe Strummer fueran mierda porque sus ideas me parecían sacadas de la escuela de arte”, reflexiona.
Así y todo, es innegable la existencia de cierta corriente reaccionaria dentro del HC/Punk. Un ejemplo cercano en el tiempo: Rob Miller, vocalista de los geniales Amebix, agradecía en el libreto del último álbum de Tau Cross, su actual formación, al autor negacionista del Holocausto Gerard Mauhlin. Como consecuencia, el resto de integrantes (entre ellos Away de Voivod) abandonaron la banda, dejándola en una suerte de limbo. En mi cabeza Amebix eran unos guerreros anarquistas provenientes de un futuro postapocalíptico, los herederos espirituales de Crass. ¿Las ideas de Miller han evolucionado con el tiempo o ya eran las mismas en los 80 cuando recorría los squats ingleses?
De Seattle a Minnesota: Nacimiento del sello
Hazelmyer fue destinado a Seattle, donde AmRep dio sus primeros pasos. HAZE XXL dejaba Minnesota, donde Hüsker Dü, Replacements o Soul Asylum empezaban a despuntar, y se trasladaba a la capital del grunge antes incluso de que se acuñara el término. Allí entró en contacto con la gente de Mudhoney y Melvins y vivió de primera mano una escena en plena efervescencia. Apenas dos años después, en 1985, Tom volvía a Minnesota. Había sido testigo de lo que se cocía en dos de las escenas más excitantes de Estados Unidos, lo que sin duda influyó tanto en su música en Halo of Flies como en lo que terminó siendo su discográfica. Cuando volvió a Minnesota, bandas como Cows o Bastards ya se habían establecido en la escena local y el desarrollo del sello más allá de la autoedición parecía algo natural. “Todo empezó como algo temporal para sacar los discos de Halo of Flies. Asumí que alguna compañía «real» nos contrataría pronto, pero nuestros singles fueron bien y enseguida tenía a otras bandas ofreciéndome publicar su material”, rememora.
Ya durante los primeros pasos Tom dejó clara su capacidad para dar con diamantes en bruto. En la segunda mitad de los 80 editó algunas de las bandas que se convertirían en los estandartes de la compañía y en referencias incontestables dentro del noise rock. Entre 1986, 87 y 88 publicó material de Cows, U-Men o Tar, y, como ya habían hecho con anterioridad otros sellos como Sub Pop, comenzó a editar una serie de recopilatorios que se convirtieron en piezas de culto. Se trata de Dope-Guns-‘N-Fucking In The Streets -el nombre ya es una declaración de intenciones-, unas compilaciones que en sus primeros volúmenes incluyeron a grupos como Mudhoney (su primera grabación apareció en uno de estos recopilatorios), TAD o U-Men, evidenciando la difusa frontera que existía en esa época entre lo que empezaba a ser conocido como grunge y el noise rock.

Helmet y su aparición en escena en el 89 fueron clave en el devenir de la discográfica. Hazelmyer supo ver lo especial de su música: los riffs repetitivos y entrecortados, los ritmos sincopados, la característica voz nasal de Page Hamilton. Un compendio de lo que estaba por venir en la siguiente década y un salvavidas económico para Tom –se dice que solo con las ventas de Helmet la compañía pudo sobrevivir durante los 90-, pero también un arma de doble filo. “Nunca vi a otra banda de nuestro sello que explotara con una locura similar. Enseguida se hizo evidente que nuestro equipo de tres personas no era suficiente para contener y gestionar toda la presión mediática que generaban”, explica. Helmet publicaron con AmRep el 7” Born annoying, el álbum debut Strap it on e incluso los singles de Meantime (‘In the meantime’ y ‘Unsung’), el que se convertiría en el ticket al estrellato para los neoyorkinos, ya con Interscope Records.
La estabilidad económica que proporcionaron las ventas de Helmet permitió al sello publicar en la primera mitad de los 90 algunos de los, en mi opinión, mejores álbumes de noise rock (y derivados) que se han editado: Roundhouse de Tar, Supernova de los indescriptibles Today is the day, el ya citado Scattered, Smothered & Covered de Unsane o ediciones en vinilo –cuando el vinilo era una reliquia del pasado- de grupos como Melvins (Houdini) o los propios Helmet (Meantime o Betty), que ya habían migrado a compañías más poderosas pero continuaban colaborando con HAZE XXL.
La cantidad de conjuntos que en algún momento han formado parte de AmRep intimida. Además de los gigantes ya citados, es necesario bombrara bandas como God Bullies, Cosmic Psychos, Hallios Creed, Boss Hog, Gaunt, Nashville Pussy, Love 666, Supernova y un largo etc.
Sin embargo, el grupo fetiche, la banda quintaesencial, el conjunto que personificó hasta la hipérbole la filosofía AmRep, fue Cows. Los de Minnesota representaron, junto a Tom, la peculiaridad de una escena que parecía destinada a alojarse en exclusiva en grandes conurbaciones urbanas como Nueva York o Seattle. Desde su reducto del medio oeste, Tom publicó los 9 álbumes de Cows, entre ellos Cunning Stunts, un disco que en 1992 destiló, con su mezcla de noise, punk e inefable sentido de humor, todo lo que la compañía era en aquel momento.

Diseño gráfico como campo de batalla
En paralelo a lo estrictamente musical, AmRep sirvió de vehículo para otra de las inquietudes de Hazelmyer: el diseño gráfico. Sus trabajos se han convertido en objeto de culto, llegando a ser expuestos en galerías de arte, y su influencia es innegable en diseñadores posteriores. “Estaba fascinado tanto por la música como por su arte y estética. El punk inglés del 77, la no-wave, el post punk, el hardcore, el movimiento mod… todas esas escenas tenían una imagen muy característica que iba más allá de su sonido. Siempre he tenido una vertiente artística muy marcada. Empecé diseñando los flyers de los conciertos y después vino el resto”, explica. “Mi primera gran influencia fueron un montón de los grafismos utilizados durante la primera ola del Punk de Inglaterra. Jamie Reid (Sex Pistols), Malcolm Garrett (Buzzcocks) y muchos otros”, declara.
El minimalismo extremo de la Xerox School –llamada así por el uso indiscriminado de fotocopias- fue su primer campo de experimentación. “Un buen lugar para empezar si nadie te ha enseñado”, comenta. Y también una manera de contener gastos: “Tuve que aprender sobre la marcha lo que se podía hacer y, más importante, lo que era asumible económicamente. Aprendí rápido que cuando sabes cómo producir por ti mismo puedes hacer cosas que de otra manera serían prohibitivas para cualquiera”. El do it yourself era así más una obligación que una filosofía preconcebida. Sin la acuciante necesidad de pagar a artistas gráficos y diseñadores, la discográfica pudo mantenerse a flote y, de propin,a dar casi sin proponérselo con una especie de simbiosis grupo/compañía más que beneficiosa para ambas partes. “Funcionábamos como un colectivo. Las bandas aportaban muchas ideas y la gran mayoría de cosas que sucedían eran gracias a esa estrecha colaboración”, dice. Esa necesidad de autoabastecerse les situó en la independencia más absoluta, a la contra del resto de la industria musical. “El hecho de que siempre se nos viera como un puñado de gilipollas desmadrados nos puso en una especie de trinchera desde la que teníamos que encontrar maneras de atacar y prosperar al margen de la industria”, añade con orgullo. A veces parecer un perfecto idiota te lleva a lugares insospechados.
Algunos diseños de Tom Hazelmyer
Tras 10 años fuera de la industria musical, Amphetamine Reptile transmutó en lo que Hazelmyer ha descrito como un “sello artístico”. HAZE XXL había cambiado. Gestionó a lo largo de tres años la galería OX-OP de Minnesota durante el primer lustro de los 2000 y cuando retomó el sello la vieja fórmula basada en la autosuficiencia ya no valía (lo digital y sus nuevas formas de consumo habían hecho aparición). A partir de ese momento pasó a centrarse -y sigue haciéndolo- en la publicación de ediciones limitadas con un fuerte componente artístico. La forma de hacer arte de Tom tambien varió, y se enfocó en el grabado en linóleo en lo que fue algo más que un simple cambio de formato. “Pasé un mes en el hospital en coma. Cuando salí de allí mi arte había cambiado. Dejé de lado el ordenador y empecé a trabajar con linóleo”, se sincera.
Habréis caído ya en la cuenta de que AmRep es algo más que una simple discográfica y que su cabeza visible HAZE XXL, el marine que más ha hecho por el Noise Rock, es también algo más que ‘just a regular guy’. Con el DIY como estandarte y la coherencia como método (uno con el que es complicado equivocarte) hizo de Minnesota una improbable referencia que aún hoy resuena. Hace unos años, en 2013, Helmet y Melvins se propusieron grabar un split. Buzz Osborne de Melvins dejó claro quién iba a encargarse de la edición: “No quiero tratar con otra persona que no sea Tom Hazelmyer”.