Arrotzak: La fuerza de la autogestión
Arrotzak son oscuros e intensos a partes iguales. Tienen esa extraña capacidad de conjugar energía y cierto halo de melancolía sin por ello sonar impostados ni tramposos. Estos donostiarras practican punk, sí, pero en su propuesta hay cabida para el post-punk en las afiladas y áridas guitarras de Aritz y en las graníticas pero sinuosas líneas de bajo de Arih, y para cierto dramatismo estético que entronca con el rock gótico ochentero.
Ansiedad, frustración, humillación… sus letras parecen la libreta perdida de un psicoanalista. Dan cuenta de la alienación cotidiana propia de la vida moderna, esa que puedes o bien aceptar, o bien esconder bajo la alfombra o entre grandes cantidades de (inserte aquí su droga preferida) a sabiendas de que no va a desaparecer. En un ejercicio de descreimiento constructivo, Arrotzak aceptan el reto y lo hacen suyo. Sus canciones son, aunque suene a cliché, una llamada a la acción. Sin moralismos ni medias verdades, muestran las ruinas de nuestras vidas, nos enseñan una única veta brillante y nos empujan a ella. Tras un EP homónimo y un LP magnífico (Lurzoru Hotzetik), han tenido tiempo ya de girar por Europa y hacerse un nombre. Todo ello a la vieja usanza, valiéndose de la autoedición y el boca a boca, sin necesidad de moverse por las arenas movedizas de las redes sociales.
Hablamos de todo esto y algo más con Aritz, guitarrista y vocalista de la banda.
Carlos (Galgo Magazine): ¿Qué o quiénes sois Arrotzak? ¿Cómo os formasteis? ¿Tenéis o habéis tenido otras bandas anteriormente?
Aritz (Arrotzak): Actualmente Arrotzak somos Arih, Fer y Aritz. Como muchas otras bandas, el grupo nació en una de estas conversaciones de bar. Por aquel entonces estábamos tocando en otra bandas bastante dispares: Arih (Twin Wolf, Curasan), Fer (Keep Diggin, Hell division), Aritz (Gremliny) y Mikel nuestro anterior batería (Petra). Una noche hablando nos juntamos porque nos apetecía volver a hacer algo más directo, retomando la melodía, pero está vez llevándolo a un terreno más oscuro y personal. Nos conocíamos desde hace años de la escena punk/hc de la costa Gipuzkoana, seguíamos con las mismas inquietudes y la misma manera de hacer las cosas, por lo que que la conexión fue muy fácil y directa.
Cuando os escuché por primera vez no pude evitar pensar en Wipers y creo que, aunque sea de manera tangencial, puede ser una de vuestras influencias. Compartís un halo melancólico que os da carácter. He visto que no soy el primero en compararos con ellos. ¿Os sentís a gusto con esta comparación? ¿Qué otras bandas teníais en mente cuando os juntasteis?
Es una banda que nos mola a todos, y sí que en los primeros ensayos salía ese nombre, aunque no solemos citar demasiado a referencias concretas cuando componemos o tocamos, somos más de dejar fluir y a ver a donde nos llevan las cosas. Supongo que como bien dices en la percepción y en la melancolía sigue estando ahí, aunque en el parecido musical a día de hoy no creemos que vaya tanto por ahí.
La poca capacidad de contención que tenemos nos ha llevado a meter cada vez más intensidad y velocidad, quedándonos con la esencia de las melodías sombrías más que crear atmósferas oscuras.
Otra de las impresiones que tuve cuando os descubrí es que había en vuestra música un fuerte componente de los sonidos oscuros de los 80: el rock gótico, el post punk, etc. ¿Qué peso tienen estos sonidos en vuestra música? ¿Qué otros estilos os influencian más allá del punk y derivados?
En un comienzo si que había un punto de unión en esos sonidos, a día de hoy obviamente también, pero en general cada uno aporta su manera de tocar y de ahí van saliendo unas formas u otras. Sí que hablamos de bandas que nos molan o que vamos descubriendo o escuchando, pero más a modo de consumidores musicales que como banda.
La gente ha ido diciéndonos diferentes referencias a lo que le suena, desde bandas goth rock de los 80 hasta bandas más contemporáneas tipo No hope for the kids, Red Dons, Gorilla Angreb, etc. Algunas bandas que nos citan nos molan, otras nos flipan y otras ni siquiera las conocemos. Escuchamos música bastante diversa, desde el punk hasta la música africana, el hip hop, el krautrock, el synth, etc. Supongo que en mayor o menor medida todo afecta en el “flow” de cada uno.
Hasta el momento tenéis dos referencias, un cassette publicado en 2016 (S/T) y un LP en vinilo que salió el año pasado (Lurzoru hotzetik). ¿Qué diferencias podemos encontrar entre los dos trabajos?
El cambio sustancial desde el primer disco al segundo está en un pequeño cambio de formación que tuvimos. Mikel nuestro primer batería dejó la banda y Fer que antes cantaba se paso a la batería. A su vez Aritz que tocaba la guitarra pasó a la voz también. Hemos pasado de ser cuatro a tres, pero creemos que hemos ganado en velocidad e intensidad. En el disco nuevo las canciones son más refinadas y pegadizas quizás, algo que ha salido naturalmente. Cada uno ha ido evolucionando como ha considera oportuno en base a su experiencia de la primera grabación, y la verdad es que nos hemos quedado muy contentos con el resultado del segundo disco y con cómo está funcionando ahora la banda.
¿Disteis con sellos dispuestos a mojarse el culo u optasteis directamente por la autoedición? ¿Qué ventajas y qué inconvenientes tiene el hecho de autoeditarse?
Hicimos un intento de mandar el disco a algunos sellos con un poco más de recorrido, pero al no recibir demasiada respuesta optamos rápidamente por la autoedición. El segundo disco lo editamos nosotros y unos pequeños sellos de gente muy cercana. Venimos de la total autoedición con todas las bandas que hemos tenido. Nos cuesta ceder a alguien desconocido algo que se ha hecho desde tan adentro y con tanto cariño, por lo que creemos que es con lo que mejor funcionamos y más satisfechos nos quedamos.
La razón por la que intentamos enviar a otros sellos fue por la difusión. Somos bastante vagos a la hora de mandar nuestros discos a distris, moverlos por ahí, etc, por lo que con algún sello con más recorrido tienes más opciones de llegar a gente que realmente le pueda molar lo que haces. No nos interesa llegar al público masivo, ni vender un porrón de discos, pero sí llegar a gente que le pueda interesar y si fuera por nosotros no llegaríamos nunca.
Con la buena acogida del segundo disco y la gira Europea sí que nos han venido más propuestas así que en un futuro ya veremos.
De todas formas, solo con la autoedición y con la ayuda de amigos hemos tenido que reeditar el disco y casi hemos movido de nuevo todas las copias, así que estamos más que satisfechos con todo y nos da una enorme alegría ver que la autogestión puede seguir funcionando a día de hoy.
Vuestras letras hablan de frustración, de ansiedad, de las pequeñas grandes humillaciones del día a día, etc. En definitiva, de la alienación del hecho de vivir en sociedad en el mundo moderno. Y sin embargo percibo en ellas cierta animosidad, como si os negarais a sucumbir a las adversidades. ¿Es esto lo que buscáis transmitir? ¿Hay alguna diferencia entre las letras escritas en castellano y las que están en euskera?
Las letras tienen bastante peso en Arrotzak, pero son letras personales, fuera de clichés, de cosas que vivimos, vemos o sentimos en el día día, por lo que las sensaciones a transmitir no son siempre las mismas. No es que busquemos una idea general a transmitir. Algunas pueden ser más positivas otras más negativas, depende del estado de quien los escriba, de la idea que se quiera transmitir, o la sensación que nos produce la canción.
En general en euskera y castellano siguen la misma dinámica. Son los dos idiomas que usamos en nuestro día a día, los vemos como herramientas de comunicación, por lo que elegimos una u otra dependiendo de cuál nos sirve mejor para transmitir una idea u otra.
Observo además que no tenéis presencia en redes sociales más allá de Bandcamp. ¿A qué se debe? ¿Resulta más complicado organizar fechas, editar discos, etc, sin esa presencia virtual o es posible montárselo sin ella?
Se debe básicamente a que hasta ahora no hemos visto necesidad. Sería algo que no podríamos alimentarlo en nuestro día a día y no tendría sentido. Los últimos años hemos tenido propuestas de conciertos contínuamente por el boca a boca, tenemos el Bandcamp para que se pueda escuchar nuestra música, para vender discos y para el contacto, y tenemos nuestras perfiles personales para poder atar giras, buscar sellos, etc. El día que nadie se interese por nosotros y queramos tocar más quizás tendremos que moverlo más, pero por ahora ya tenemos suficiente.
Acabáis de marcaros una más que respetable gira por Europa. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Algunos de nosotros ya habíamos estado en más giras, pero como banda no habíamos ido más de 3 fechas seguidas, y hacer 19 en 20 días ha sido una gran experiencia positiva.
Cada uno tiene sus opiniones respecto al vivir más deprisa o no, con el estar un día en un sitio y avanzar al día siguiente a otro sin poder conectar como es debido con el entorno. Y somos conscientes de la contradicción que supone y que son acciones que nos hacen participes de un mundo cada vez más globalizado.
Pero en cuanto a la experiencia, en lo personal es increíble poder conocer y ser breve parte de diversidad de formas de vivir en toda Europa, gente que vive al margen, gente que te inspira, gente que te motiva para crear proyectos en base a la cooperación y solidaridad. Y en lo musical comprobar la complicidad que puedes pillar al estar tocando tantos días seguidos y saber que aunque estés reventando va a salir un cañonazo cada noche es brutal.
Siempre he tenido la impresión de que en Euskadi la escena, entendiendo lo voluble del concepto, es más solidaria y activa que en muchos otros territorios, gracias sobre todo a una red de gaztetxes que personalmente envidio. ¿Qué sensación tenéis desde allí? ¿Creéis que es un modelo exportable a otros lugares o que responde a la particular idiosincrasia de Euskadi?
Creemos que la red existente proviene en gran medida de la herencia gaztetxera que tenemos desde los años ochenta. También que en gran parte la sociedad está dividida en ciudades más pequeñas y pueblos con más vida, donde no está tan centralizada toda la actividad como pasa el casi todo el resto del estado.
Sobre la solidaridad, creemos que podéis valorar más la gente que venís de fuera que nosotros. No sabemos si será más solidaría o no, puede ser que la tradición de movimientos sociales por ideas comunes haya derivado en que gente que se mueve por ciertos ambientes no tenga tantas batallas de egos como ha pasado históricamente en otras «escenas».
También hay que decir que aunque haya mucha tradición, la mayoría de sitios funcionan de manera muy muy local, como locales dedicados a actividades recreativas locales. Aunque haya muchos sitios muy activos, podría haber muchísimos más y mucha mejor organización si la gente mirara más allá y entendiera lo que hay detrás de un concierto (más allá de lo musical), un teatro o cualquier actividad que sea partícipe de esa red tejida por la complicidad.
Ya por último, comentadnos cuáles son vuestros planes próximamente (bolos, nuevas grabaciones o cualquier otra cosa que queráis decir).
Hemos hecho un parón en verano para dedicarnos a otros proyectos que tenemos entre manos. A la vuelta tenemos algún que otro concierto atado tanto por el norte como por el sur, y empezaremos a darle a temas nuevos que ya tenemos ganas de nuevos aires.
Qué es Arrotzak
Arrotzak, además de significar extranjero en euskera, es una banda donostiarra de oscuro y melancólico punk, rayano con el post-punk y el gothic rock ochentero. Han editado dos trabajos: un cassette homónimo en 2016 y Lurzoru hotzetik (2018), su primer LP. Puedes escucharlos y descargarlos gratis en la página de Bandcamp de Arrotzak.
Discografía de Arrotzak
- S/T (2016)
- Lurzoru hotzetik (2018)